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Don Antero

miércoles, 24 de agosto de 2011

Discursos y otros


El cortejo fúnebre del héroe, frente a la Catedral de Chiclayo, recibe el homenaje cristiano y el dolor del pueblo que lo acompaña en multitud.




Discurso de Gral. de Brigada Antero Dejo León en el funeral del héroe de la FAP, José Abelardo Quiñones, 1941.

““A nombre del Ejército, el Capitán EP. Antero Dejo León se expresó en los siguientes términos:
“Señor Coronel Comandante General de la VIIa. D.L.
Señor Coronel Jefe de Agrupamiento Aéreo del Norte.
Señores:
“Por honrosa designación de la Comandancia General de la VIIIa. División, traigo hasta este sacrosanto lugar, en nombre de los Oficiales del Ejército, la emoción de nuestro dolor que no llegaré a interpretar en toda su magnitud por la magnitud por la imposibilidad de traducir en palabras lo que es un sollozo”.
“Venimos hasta esta morada en peregrinación postrera con el corazón angustiado y el paso vacilante, el cual si nos resistiéramos a acatar un fallo del destino que en el infausto día del 23 de julio de 1941 segara la vida del Capitán C.A.P. José Quiñones Gonzales”.
“Su paso por el mundo ha sido una luminosa trayectoria, plena de virilidad, de reciedumbre y de patriótico provecho”.
“Desde que se iniciara el conflicto con el Ecuador el año próximo pasado, el Capitán Quiñones supo ocupar un lugar avanzado en cumplimiento de todas las misiones que se le confiara y su orgullosa juventud amalgamada a su patriotismo acrecentaron su temple heroico multiplicando su vitalidad”.
“Todos hablan de la guerra por sus horrores, todos recuerdan siempre y preferentemente los episodios de audacia, de ferocidad y de terror y todo lo que ha dejado honda impresión en sus nervios; pero junto a ese lado brutal los hombres vuelcan a menudo el inconmensurable tesoro que guardan en las profundidades del espíritu y rinden, orientados en el más puro amor a la Patria, todo lo suyo y lo que fue su razón de ser”.
“En la encrucijada del destino estaba señalado el 23 de julio: nada pudo suponer la destreza, la audacia consciente y su empuje sugestivo frente a una cita inaplazable. La historia dignificará su nombre porque en su anhelo constante de superación, fue la continuación del espíritu guerrero tradicional y caballeresco de todos los peruanos”.
“En la guerra moderna el hombre es sólo un engranaje de acecho y muerte; su existencia es un dado lanzado a una aventura mortal que debe jugarse dentro de un laberinto de hierro y plomo; conservar el relieve de su personalidad dentro de ella, trazar una ruta de gloria y servir de ejemplo a cuantos abrazan la carrera de las armas para defender a la Patria, es el resultado de la corta pero fructífera existencia del hombre cuyos restos mortales hemos conducido hasta aquí”.
“Capitán Quiñones:
“Junto a los tuyos y a tus compañeros de armas se encuentra en este instante de postrer adiós supremamente emocionado, tu pueblo, el pueblo de Chiclayo; el dolor ha anidado en su corazón, dolor sangrante al que sostiene el orgullo y la felicidad de saber que tu sacrificio fue el preludio de una victoria concluyente contra quienes pretendieron hollar el suelo patrio”.
“Los miembros del Ejército renovamos ante ti el juramento que prestamos a nuestro bicolor, Tu recuerdo imperecedero nos servirá de Norte, reconfortará nuestra fe, y multiplicará nuestras energías cuando se renueve la ocasión de defender a la Patria”.
“Fuiste el elegido para testimoniar que las virtudes de honor y heroísmo de nuestro pueblo continúan en esta generación como en las precedentes, que Cahuide y Bolognesi tienen dignos descendientes: nos ha dado mayor confianza en nosotros mismos y en nuestro porvenir, has dicho a nuestro Perú de la indómita energía y de la sangre brava y generosa de los que forman las alas peruanas”.
“La gloria no podía dejarte más tiempo en este valle de dolor, celosa de ti, vistió sus mejores galas y te ofreció un puesto a su lado, que tu aceptaste sin vacilación porque en la grandeza junto a ella iba disyuntiva, escogiste la gloria porque junto a ella iba hermandada la santidad inmaculada de la Patria”.1
“Chiclayano, hijo dilecto de la Patria.
“Descansa en paz.”” 1


Nota:
1 VALCARCEL, Carlos Daniel. El Prócer Capitán José Quiñones. Héroe nacional. 1914-1941. Comandancia General de la FAP. Dirección General de Información. 1ra. edición. pp. 295-298.

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